Thursday, June 17, 2010

Yo maldigo el río del tiempo


Per Petterson, 2008

[...] La perra yacía sobre una mesa de metal brillante. Daba una impresión heladora, estaba volcada con las cuatro patas hacia el mismo lado, en una postura que nunca habría adoptado normalmente, y tan silenciosa como tampoco la había visto jamás. Un perro muerto es más silencioso que una casa en una llanura, que una sila en una habitación vacía

[...]
Pedí una cerveza y dije:
-Prefiero que sea de barril, si tienes.
Porque en la barra no veía más que botellas, Carlsberg y Tuborg por doquier, y no me apetecía una cerveza en botella. Se ponían demasaido tibias y eran demasiado pequeñas.
La cerveza de barril no supuso ningún problema.Cogió un vaso, tiró del grifo y lo llenó, como salió demasiada espuma, la quitó con una espátula de madera, y volvió a llenar el vaso por segunda vez y lo que dejó ante mí sobre un posavasos con el nombre Carlsberg estampado en verde y blanco con una corona roja en medio.

Nota: Todos deberíamos leer esta novela. Una novela sobria. Un ensayo sobre el ahora, donde no importa el futuro. Muy recomendable.

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