John Connolly, 2013
Mar gris, cielo gris, pero fuego en el bosque y los árboles en llamas. No hacía calor ni había humo, y aun así la espesura ardía, coronada de tonos rojos, amarillos y anaranjados: un gran y frío incendio que se produce en la llegada del otoño y la resignada caída de la hoja. En el aire se percibía mortalidad, presente en el primer asomo de brisas invernales y en la amenaza de heladas que éstas traínan consigo; y los animales se preparaban ya para las inminentes nieves. La búsqueda de sustento había empezado, la necesidad de llenarse el estómago para los tiempos de escasez [...]
Los cuervos permanecían inmóviles. Muchos de sus hermanos de regiones más septentrionales habían enfilado rumbo al sur para escapar de lo más crudo del inverierno; pero aquellos no. Aunque enormes, era estilizados, y en sus ojos brillaba una rara inteligencia...
Nota: una historia del detective Charlie Parker. Entretenida de principio a fin. De pronto pasajes peliculescos de acción sobresalen por lo hollywoodense de la situación, sin embargo son los mínimos. Maine es esa tierra de fantasmas que vale la pena explorar con Connolly... y con el Mtro. Stephen King.
Ajua.
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