Saturday, September 26, 2009

Chronic City


Jonatham Lethem, 2009

"Unimpressive", grunted Thatcher.
"Well, sure," said Abneg. "Totally unimpressive. I wanted to be like one of those apes in whatchamacallit, 2001, by whatsisname, Kubrick, you know, kneeling in fear before those slabs, getting brainzapped."
"I never saw 2001," said Harriet. "It's about apes?"
"Ap-men," said Thatcher helpfully.
"They should change the name of that movie," said Sharon Spencer beside me. "Since the real 2001 turned out so different."
"Listen," said Abneg, with exasperation that we hand't caught his real drift. "I'm trying to tell you about the Stonehenge restroom. I had to piss, so I went in there, it was a completely modern men's room, with all these floor-length ceramic urinals. They didn't have the wit to arrenge them in a circle, but the resemblance was obvious. And whereas everybody was jabbering with the whining children, in here the men were all silent, avoiding each other's eyes. Each of standing at a urinal or waiting our turn, and this profund truth comes over you, a feeling much bigger than anything available outside and across the road, which is that everyone in that restroom just did the exact same thing you did."
"Which is what?" said Naomi Kandel.
"Looked at Stonehenge," said Abneg. "And you were taking a piss, and then you were going to get back in your car."

Nota: Chronic City narra algunos meses en la vida de Chase y Perkus. O la vida de Perkus vista a través de Chase, ambos habitantes de Manhattan.
Personajes unidos por la marihuana llamada Chronic, un tigre, Marlon Brandon, un olor a chocolate que envuelve la ciudad, un sonido chillante que se escucha si no es posible oler el chocolate, una espesa y gris neblina, unos copos de nieve amorfos y una perra con tres patas e hipo. todo esto hilado por la vida de una astronauta, novia de Chase, atrapada en el espacio exterior, con remotas posibilidades de regresar a la tierra. Una novela tan divertida y extraña como Huérfanos de Brooklyn. Igual de necesaria, diría yo.

Friday, September 11, 2009

Un vestido de domingo


David Sedaris, 2004

A uno de nosotros debería atropellarlo un coche –dije–. Eso les serviría de lección. –Imaginé a Gretchen, con la vida pendiendo de un hilo, mientras mis padres recorrían los pasillos del hospital Rex deseando haber sido más conscientes. Era la solución perfecta. Con ella fuera del paso, el resto tendríamos más valor y un poco más de espacio para desplegarnos–. Gretchen, ve a tumbarte en la calle.
–Que lo haga Amy –dijo esta.
A su vez, Amy pasó el turno a Tiffany, que era la más joven y no albergaba ningún concepto de la muerte.
–Es como si durmieras –le dijimos–. Y encima te dan una camilla.
Pobre Tiffany. Era capaz de hacer cualquier cosa a cambio de un poco de afecto. Solo tenían que llamarla Tiff y te lo daba todo: la paga semanal, la cena, los contenidos de su cesta de Pascua. Sus ansias de complacer eran totales y puras […]
–¿Dónde?
Escogimos una llanura entre dos colinas, un lugar donde los conductores casi tenían que patinar fuera de control […]. El primer coche que pasó pertenecía a un vecino, un paisano yanqui que había colocado cadenas a las ruedas y que se detuvo a unos metros del cuerpo de mi hermana.
–¿Es una persona? –preguntó.
–Bueno, algo así –dijo Lisa. Le explicó que nos habían echado de casa y, aunque el hombre fingió aceptarlo como un argumento razonable, estoy seguro de que fue él quien nos delató. Pasó otro coche y fue entonces cuando vimos a nuestra madre avanzando con torpeza hacia la cima de la colina.

Nota: Este es un libro donde el autor narra fragmentos de su vida que van desde la infancia hasta la adultez, cuando su padre descubre que es gay, cuando una de sus hermanas se va a casar, cuando nace uno de sus sobrinos. Las situaciones tienen un poco de todo, humor, sarcasmo y… bueno, es un buen libro.

Thursday, September 10, 2009

Una isla sin mar, reseña III

Edgar Rincón Luna acaba de abrir su nuevo blog y para estrenarlo escribió sobre Enrique Serna y agregó la reseña que hizo a la novela Una isla sin mar.

En alguna parte dice:

Empezaré con dos lugares comúnes, todas las ciudades son una sola y toda ciudad es un abismo, de ahí que sea imposible huir de ellas, habrá señales, amigos que nos inviten a seguir su ejemplo, habrá paisajes que nos resulten atractivos, canciones que nos hagan pensar en otros sitios; ¿pero en verdad es posible huir de las cosas que nos habitan? ¿es decir de la ciudad que ha envejecido con y en nosotros? ¿Es posible arrancarse de la memoria esa parte a la que pertenecemos sin salir lastimados?


Si quieren seguir leyendo dar click en el párrafo o aquí.


También en Dia Siete aparece un breve comentario sobre la novela.

dice así

El dilema del arraigo
Martín es un ingeniero que ha trabajado años en una maquiladora. Su vida transcurre entre los pedidos de las trasnacionales, el abandono de una mujer, Eme, y el recuerdo y la presencia de sus amantes, siempre bajo la complicidad de su mejor amigo, un escritor en ciernes. En un sueño recurrente, un hombre le pide marcharse de Ciudad Juárez. Algunos de sus amigos se han ido, otros están por hacerlo. Pero él no encuentra ningún motivo para abandonar el terruño. La geografía de la frontera, el clima y la violencia están presen- tes sutilmente en la segunda novela de César Silva Márquez (Ciudad Juárez, 1974), uno de los escritores mexicanos más sobresalientes de su generación. Su obra destaca por un manejo inteligente del lenguaje, al que no abruma con artificios ni con un caló regional forzado por el marketing. Con Los cuervos obtuvo el Premio Binacional de Novela Joven Frontera de Palabras 2005.
(César Silva Márquez. Una isla sin mar. Mondadori. Barcelona, 2009, 164 p.)

Friday, September 4, 2009

México Distrito Editorial

Esta ya es una nota vieja, pero aqui va.

Yo la tomé del diario La vanguardia, pero está también en la revista Ñ

LA nota comienza

Este 2009, a la chita callando, está siendo el año prodigioso de la literatura mexicana.

Una isla sin mar, una vez más

Para los interesados

La cafebrería S&L, en Ciudad Juárez, me dice que va a recibir libros de Una isla sin mar muy pronto.

Les paso el dato por si están interesado en comprar un exemplar.

El teléfono de la cafebrería S&L es: 656-611-6541. Esto es en ciudad Juárez.

Su correo electrónico es: cafebreriasyl@gmail.com

El contacto es, por supuesto, mi amiga: Claudia Soto

Tuesday, September 1, 2009