Sunday, March 28, 2010

El fondo del cielo


Rodrigo Fresán, 2009

Otro de ellos [de los finales del mundo] tiene lugar en un aeropuerto de provincias. Un pasajero que ya ha despachado su equipaje no aparece en la puerta de embarque y un operario lo llama por el sistema d altavoces -el apellido del psasajero es complicado, rebosa de consonantes- y lo lee mal y, sin saberlo, pronuncia el nombre de Aquel-Que-Espera-Al-Otro-De-Todas-Las-Cosas-Y-Cuyo-Nombre-Jamás-Debe-Ser-Pronunciado porque, de hacerlo, sería liberado y, para felicidad de Phineas Elsinore Darlingskill, llegaría a nosotros desde su morada en un agujero dorado del tiempo y del espacio para acabar con todo y...

Nota: El fondo del cielo, es una novela donde Rodrigo Fresán utiliza a la ciencia ficción como un pretexto para narrar una historia, que no es del todo de amor y que no es del todo de ciencia-ficción, una de sus obsesiones ya tan familiares en artículos y reseñas de libros, una obsesión más como son los Beatles en Los Jardines de Kensington. En el apartado final de la novela, él mismo nos dice: Esta es una novela con ciencia-ficción. Hay partes donde yo estoy de acuerdo con él, por ejemplo cuando habla de 2001 o Blade Runner, y metamorfosea con ellas, o cualquier otra película famosa del género. De los tres libros que he leído de Rodrigo Fresán, creo que Los Jardines de Kesington, es uno de sus mejores trabajos y una de las mejores novelas que he leído.
Lo que resalto de El fondo del cielo es el recurso de la reiteración y que utiliza de maravilla así como en Los jardines. El primer final del mundo, escribe Rodrigo, -el primero de los muchos finales del mundo de todos ustedes que también es, en parte, el mío- tuvo lugar en el instante mismo de su inicio. Y así nos va narrando al menos los finales del mundo que recuerda Ella (su personaje), que son diez y otros más, y el último de los íntimos finales del mundo (sin contar la otra variedad de fin de mundo, por supuesto).

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