Como supe, por las investigaciones de
mi amigo Arminius de Budapest, era, en vida, un hombre extraordinario. Soldado, estadista y
alquimista..., cuyos conocimientos se encontraban entre los más desarrollados de su época. Poseía una
mente poderosa, conocimientos incomparables y un corazón que no conocía el temor ni el remordimiento.
Se permitió incluso asistir a la Escolomancia, y no hubo ninguna rama del saber de su tiempo que no
hubiera ensayado. Bueno, en él, los poderes mentales sobrevivieron a la muerte física, aunque parece
que la memoria no es absolutamente completa. Respecto a algunas facultades mentales ha sido y es
como un niño, pero está creciendo y ciertas cosas que eran infantiles al principio, son ahora de estatura
de hombre. Está experimentando y lo está haciendo muy bien, y a no ser porque nos hemos cruzado en
su camino, podría ser todavía, o lo será si fracasamos, el padre o el continuador de seres de un nuevo
orden, cuyos caminos conducen a través de la muerte, no de la vida.
Nota: Una novela imprescindible, ágil, llena de miedo, donde no hay espacio para el amor, la novela testigo por excelencia. Muy recomendable, of course.
CSM