Wednesday, June 10, 2009
Nathan Zuckerman, 50 años después
Norman Manea, 2009.
De paseo con Nathan.
[...]
Nathan permaneció callado. Comprendí que prefería quedarse en su refugio de las montañas Berkshire. Pero al fin habló. Susurró, de hecho, como un anciano:
–El señor Fulano de Tal publicó otro libro. No aparezco. Uno más viene en camino. No aparezco. Y un tercero ya está en su escritorio y tampoco figuro en él. Dile que sé todo. Incluso aquí, en el bosque, me entero de todo.
Luego el silencio, y después otro susurro:
–Sí, ya sé que vas a hablar. Sobre mí, según me dijeron. Sobre mí... OK, no me importa. Está bien porque ya no me interesa. De acuerdo. Sé breve y cuida tu acento y tu ironía rumano-dadaísta. Eso es todo. Adiós, muchachos.
El texto completo está aquí, en Letras Libres. Traducción de Mauricio Montiel Figueiras
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