Raymond Carver, 2009, 1981, 1993
Principiantes
(De "Algo sencillo y bueno")
[...] Cogió al pequeño can en los brazos -era de Scotty- y fue hasta la puerta principal, que no estaba cerrada con llave. Encendió las luces, y puso el hervidor de agua para hacerse un té. Abrió una lata de comida para perro y dio de comer a Slug en el porche trasero. El animal comió con ávidos y pequeños mordiscos, entre idas y venidas al interior de la casa para ver si su dueña iba a quedarse. Cuando Ann se sentó en el sofá para tomarse el té, sonó el teléfono.
-¡Sí! -dijo al levantar el auricular-. ¡Dígame!
-Señora Weiss -dijo una voz de hombre.
Eran las cinco de la mañana, y Ann creyó oír ruido de agún tipo de maquinaria al fondo.
-Sí, sí. Dígame... -dijo con sumo cuidado en el teléfono-. Soy la señora Weiss. Soy yo. ¿Qué desea, por favor? -Se quedó escuchando el ruido de lo que fuera que estuviera funcionando al fondo-. ¿Es sobre Soctty, por el amor de Dios?
-Scotty -dijo la voz de hombre-. Es sobre Scotty, sí. Tiene que ver con Scotty, este problema. ¿Ha olvidado lo de Scotty? -dijo el hombre. Y colgó.
Ann marcó el númeo del hospital...
De qué hablamos cuando hablamos de amor
(De "El baño")
[...]
Se apeó y fue hasta la puerta. Entró y encendió las luces y puso agua para hacer té. Abrió una lata y dio de comer al perro. Se sentó en el sofá con una taza de té.
Sonó el teléfono.
-¡Sí! -exclamó-. ¡Diga!
-¿La señora Weiss? -preguntó una voz de hombre.
Eran las cinco de la mañana, y Ann creyó oír ruido de agún tipo de maquinaria al fondo.
-Sí -contestó ella-. Soy la señora Weiss. ¿Se trata de Scotty?
-Scotty -dijo la voz-. Se trata de Scotty -siguió la voz-. Tiene que ver con Scotty, sí.
Catedral y Short cuts
(De "Parece una tontería")
[…] Fue a la puerta de entrada, que no estaba cerrada con llave. Entró, encedió las luces y puso una tetera al fuego. Abrió una lata de comida para perros y se la dio a Slug en el porche de atrás. El perro comió con avidez, a pequeños lametazos. No dejaba de entrar corriendo a la cocina para ver si ella se iba a quedar. Al sentarse en el sofá con el té, sonó el teléfono.
-¡Sí! dijo al descolgar-. ¿Dígame?
-Señora Weiss -dijo una voz de hombre.
Eran las cinco de la mañana, y creyó oír máquinas o aparatos de alguna clase al fondo.
-¡Sí, sí! ¿Qué pasa? -dijo-. Soy la señora Weiss. Soy yo. ¿Qué ocurre, por favor?
Escuchó los ruidos de fondo.
-¿Se trata de Scotty? ¡Por amor de Dios!
-Scotty -dijo la voz de hombre-. Se trata de Scotty, sí. Este problema tiene que ver con Scotty. ¿Se ha olvido de Scotty?
Colgó.
Ann marcó el número del hospital...
Nota: Principiantes es un registro interesante para hacer una comparación más completa, si es que se quiere hacer por supuesto, de algunas versiones de ciertos cuentos de Carver. Como, por ejemplo, el cuento llamado Algo sencillo y bueno, que aparece en Principiantes; El baño, en De qué hablamos cuando hablamos de amor, y Parece una tontería, publicado en Short Cuts. Yo me quedo con esta última, que es un punto intermedio entre los dos primeros mencionados. Lo que es innegables es que Raymond Carver aprendió muy bien de Gordon Lish. Y para muestra, sus demás libros de cuentos.
Wednesday, August 18, 2010
Tuesday, August 17, 2010
Error Humano
Chuck Palahniuk, 2004
(de "Fronteras")
[…]
Los espejos son sólo la metadona del culturismo. Hace falta un público real. Hay un chiste que dice: ¿Cuántos culturistas hacen falta para peor una bombilla?
Tres: uno para pone la bombilla y dos para decir: "¡joder, tío, estás impresionante!".
[…]
De acuerdo con el prospecto, el Anadrol (oximetolona) es un esteroide anabólico, un derivado sintético de la testosterona. Los posibles efectos secundario incluyen: atrofia testicular, impotencia, priapismo crónico, aumento o disminución de la libido, insomnio y pérdida del cabello. Cien tabletas cuestan mil cien dólares y el seguro no las cubre.
Pero las sensaciones… Los ojos se abren como platos y adquieren una expresión alerta. Igual que las mujeres se ponen tan estupendas cuando están embarazadas, radiantes y suaves, mucho más mujeres, el Anadrol te hace parecer y sentirte mucho más hombre. El priapismo rampante duró sólo dos semanas […].
Hacia la tercera semana el priapismo remitió, o pareció extenderse al resto de mi cuerpo. Levantar pesos acaba siendo mejor que el sexo. Una sesión de ejercicios se convierte en una orgía. Tienes orgasmos: orgasmos parecidos a calambres, calurosos y torrenciales, en los deltoides, los cuadríceps, los laterales y los trapecios Te olvidas de tu viejo y perezoso pene. Quién lo necesita. En cierta forma es toda una paz, una escapatoria del sexo. Unas vacaciones de la libido. Puedes ver a una mujer guapísima y ponerte a gruñir, pero tu siguiente tortilla de clara de huevo o serie de abdominales te resultan mucho más atractivas.
[…]
Me limité a tomar las pildoritas blancas y a hacer ejercicio, y un día en la ducha me di cuenta de que las pelotas me estaban desapareciendo.
Muy bien, lo siento, les prometí a un montón de amigos que no tocaría esta cuestión, pero aquel fue el momento crucial. Cuando lo que eran huevos de ganso se te encogen hasta el tamaño de pelotas de ping-pong, y luego de de canicas, resulta fácil decir que no cuando tu médico te pregunta si quieres repetir con otra tanta de Anadrol.
Nota: Si eres fan de Palahniuk, recomiendo Error humano. Si no, tal vez solo te interese una sección de la primera parte y la segunda del libro conformado por entrevistas a seudo famosos y famosos gringos como Marilyn Manson, entre otros. La última parte es una crónica larga desde que su primer libro, El club de palea, fue publicado, hasta el asesinato de su padre por un enfermo de celos. Prefiero el título en inglés, Más extraño que la ficción, que el adoptado en español. Palahniuk es un buen escritor, indudable. Todo lo que escribe es interesante, casi siempre.
Monday, August 16, 2010
Locura
Patrick McGrath, 2003
Las relaciones de amor catastróficas caracterizadas por la obsesión sexual han sido uno de mis intereses profesionales desde hace michos años. Las relaciones de esta clase varían mucho en duración e intensidad, pero tienden a pasar por las mismas etapas. Reconocimiento, identificación, asignación, estructuración y compilación. Y así sucesivamente. La historia de Stella Raphael es una de las más tristes que conozco. esta mujer profundamente frustrada sufrió las consecuencias predecibles de un largo rechazo colapsado ante la perspectiva de una tentación repentina y abrumadora. Y además era una romántica. Transformó su experiencia con Edgar Stark en un argumento de melodrama, hizo de ello un relato de amantes marginados y enfrentados al desprecio del mundo en nombre de una gran pasión. Cuatro vidas quedaron destruidas en el proceso, pero al final los remordimientos que pudo haber sentido los añadió a sus ilusiones. Tenía que hacerlo. No podía permitirme que la viera con claridad, habría sido la ruina de las escasas y endebles estructuras psíquicas que le quedaban.
Stella estaba casada con un psiquiatra forense llamado Max Raphael.
Nota: Una novela llena de soledad. donde desde el principio sabemos que nada terminará bien. Un ensayo sobre la obsesión. sobre cómo alguien puede lanzarse al abismo sin medir las consecuencias. Siempre estamos solos. no importa quien nos acompañe.
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